Todas las grandes religiones se esfuerzan por deshacerse del pecado. Puede que practiquen el ayuno, la oración, las buenas obras, la auto-negación del legítimo placer sexual, las restricciones en la dieta, el dormir sobre camas de clavos, etc. Lo singular de Jesús es que Él dijo algo que ningún otro líder religioso ha dicho jamás. Él dijo, “El Hijo del Hombre tiene el poder en la tierra para perdonar los pecados.” Jesucristo puede limpiar por completo cualquier pecado que cualquier hombre haya cometido, gracias a la Cruz. Él puede liberarnos de la tortura de la culpabilidad. Nosotros no podemos hacer nada en cuanto a las obras religiosas para limpiarnos de nuestros pecados. Se trata de un don gratuito de Dios (Efesios 2:8,9.) Mire lo que la “religión” hace (o mejor lo que no hace):
“Es una constante tortura para mí el que todavía esté tan lejos de Aquel que sé que es mi vida y mi ser. Yo sé que es mi propia desdicha y maldad las que me alejan de Él.” Mahatma Ghandi